El partido del sábado

Radiografía a las extremidades de la memoria

Manuel Borrego

 

Y aún no se puede obviar que los siguientes tres puntos en disputa servirían para que la UD Las Palmas, de ganarlos, alcance el ‘check point’ de la Liga en Primera División. Aunque el encuentro frente al impetuoso Girona FC se ha convertido algo así como una radiografía pública a las extremidades de la memoria, esas patitas que son muy cortas cuando las cosas van mal.

 

El examen de este sábado se lo ha ganado a pulso la UD Las Palmas, no la que la ha llevado a los 37 puntos en la clasificación y a que en momentos del campeonato se preguntara al técnico sobre si deseaba cambiar el discurso y hablar de Europa. El test es a la UD Las Palmas de los dos últimos meses, la que no ha logrado ganar y apenas ha puntuado, la que ha encajado goles como rosquillas y la que ha cambiado el humor a no pocos de sus leales.

 

De ello han hablado de manera interna en Barranco Seco los amarillos protagonistas de las horas buenas y de las turbulentas. Que si no presionan de forma colectiva y coordinada, que si algunos jugadores hacen la guerra por su cuenta queriendo resolver lo que el grupo no ha podido, que si la puntería no está fina ni la creación es la misma, que si los rivales han estudiado mejor el sistema de García Pimienta y no al revés, …

 

Existe una colección de argumentos y todos son válidos cuando los marcadores (en contra) los iluminan como un foco. Pero el fútbol es el momento y el actual, especialmente tras el carnaval de juego que desató en una hora el Celta, dice que la UD Las Palmas tiene muchas cosas que mejorar. El día es exigente, porque llega al Estadio de Gran Canaria un rival de fútbol fluido, con atacantes en parrilla de los ojeadores del fútbol europeo que no lo han tenido tan en cuenta como hasta ahora.

 

Así que ante uno de los tres conjuntos protagonistas de la Liga 2023-24 toca romper los pronósticos previsorios. García Pimienta anuncia cambios, aunque advierte que no se trata de razonamientos de castigo. Aparecen piezas que estaban sancionadas como Coco o Park y otras que no jugaron en Balaídos por decisión técnica.

 

En ese ambiente y con un apreciable enfado en las gradas llega el partido que, en sí mismo, es una oportunidad para demostrar que las patitas del pesimismo pueden ser también igual de cortas. Solo hace falta utilizar correctamente las herramientas de juego que han dejado prácticamente la permanencia hecha, y con ellas ganar y convencer. Y preferentemente por este orden.