(Copyright Tinta Amarilla.es / prohibida la reproducción de contenidos de la web sin autorización expresa de los titulares)

M. B.

A Pablo Varela(10 de enero de 1991, San Carlos de Bolívar, Argentina) le tocó el turno esta temporada hacer olvidar a un portero que fue una institución en la última década en el Villa de Santa Brígida: Lisandro Santana. De las divisiones inferiores de Boca Juniors vino a Gran Canaria a través de San Pedro Mártir, donde coincidió con el técnico Maxi Barrera. De ahí a Las Palmas Atlético la pasada temporada y en la vigente un nuevo ciclo ahora como jugador satauteño y con el técnico que le dio a conocer en el fútbol español. "Es importante para el futbolista, en cualquier nivel, que la cabeza funcione. Si hay un entrenador que te da confianza, entonces todo funciona mejor. Eso me ocurre con Maxi; me conoce bien, estoy ahora muy a gusto en mi nuevo equipo".

Varela es el meta titular del sorprendente Santa Brígida, esta semana de nuevo la primera referencia grancanaria en el grupo autonómico de la Tercera División (sexto). "El equipo está fuerte porque es fuerte su grupo humano. Estamos teniendo algunas dificultades a causa de las bajas, especialmente en defensa. Esta semana se nos va también Moisés por problemas personales. Tenemos que suplir unos a otros para mantener el nivel tan importante con el que hemos empezado el campeonato. Nos vemos tan bien que cada día creemos más que podemos acabar la Liga arriba en la clasificación. Pero sin presión".

"Salir de la Unión Deportiva fue un golpe"

Descubre el portero que "nos hemos marcado varios objetivos. El primero de ellos es acabar la primera vuelta del campeonato entre los seis primeros. Eso nos daría mucha confianza para luego echar el resto en la segunda etapa, donde sólo queremos mirar para arriba. Pero para ello inciden muchos factores, especialmente que mantengamos nuestra buena línea de trabajo sin bajas como puede haber ocurrido en algunos partidos".

Santa Brígida es tan capaz de todo en el campeonato actual. De ganar a teóricos gallitos del grupo como de dejarse puntos importantes en el camino. Fuera de casa, además, ya ha logrado tres triunfos, con un potente balance como equipo visitante: "No debe ocurrir así pero a veces nos cuesta más salir concentrados en Los Olivos. Estamos corrigiendo ésto. El otro día, contra el Yaiza, pudimos sentenciar el partido con las muchas ocasiones malogradas. Pero no lo hicimos y luego cedimos el empate. Fuera de casa", continúa, "el equipo ha estado mejor, porque quizá sale muy concentrado desde el primer minuto ante rivales a los que no se puede conceder nada. Cuando logremos el equilibrio nuestra posición en la tabla puede subir mucho".

Se fija en otros candidatos de "una Liga que está todavía muy abierta. Desde mi punto de vista hemos de considerar a Marino, que nos visita ahora y que tiene un bloque de jugadores que conoce incluso la Segunda B. Es uno de los candidatos pero no el único: Me gusta mucho el Mensajero, también considero a Estrella, Vecindario o Granadilla. Pero nosotros también estamos ahí con un importante margen de mejora en nuestro juego y rendimiento. Quedarse en los primeros puestos no será fácil, requiere abundante trabajo".

En el terreno personal, confiesa Pablo que "salir de la Unión Deportiva tras el ascenso con la plantilla del filial fue un golpe para mí. Creí que iba a seguir, pero ... me marché a Argentina a meditar. Estuve en Bolívar con mi familia, cogí fuerzas para volver a España. Estuve en la Península hasta que el Villa y Maxi salieron en el camino. Ha sido una fortuna volver aquí. Cada día me siento mejor y mi trabajo se verá en función de cómo se pueda fortalecer el equipo".

El arquero bolivariense, natural de la misma población donde otro argentino se pintó de amarillo: Siro Darino. Casta de guerrilleros ambos.