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Opinión


  • La primera señal fue comprobar que el primero en pasar las revisiones médicas había sido él. Fue el primero también en enfundarse las nuevas prendas de entrenamiento de 2022-23 y en pasar por Barranco Seco. A una semana del inicio de la pretemporada, se cerró el primer episodio de rumores sobre Alberto Moleiro, con la firma de su contrato hasta 2026. Aunque tiene pinta que se volverá a abrir una nueva página, porque el verdadero jugador que hay en él está por descubrirse todavía. Todo andará.


    En 2021-22, la afición de la UD Las Palmas solo ha visto su inmersión primaria en el fútbol profesional. Y ya deja datos de referencia que deben entusiasmar no solo a sus mentores deportivos del departamento de captación y formación del club, sino a los que lo han impulsado hasta la primera plantilla y al propio García Pimienta. "Le he pedido que participe más en el gol", llegó a decir el entrenador que lo guía en la actualidad.


    De las posibilidades de Alberto Moleiro en la Liga solo se ha escrito una temporada. Eligió el dorsal de la suerte, el 28 que portó antes con éxito Pedri González. Son dos futbolistas distintos en la ejecución aunque similares en la propuesta de proyección. Por eso, del Alberto Moleiro de 2022-23 se espera mucho más que el hasta ahora visto. Porque ahora es un jugador que conoce cómo es el duro camino de las 42 jornadas y, además, tiene una espina clavada en el alma porque vio muy cerca la puerta de la Primera División.


    No se puede olvidar que Moleiro es todavía un deportista en proceso. Y no lo puede obviar él mismo porque su margen de mejora está aún por conocer. Tiene a su lado a un compañero que en 2010-11 brotó con fuerza con su emergente talento a los 21 años de edad. Pero de aquel Jonathan Viera al actual hubo un proceso de maduración en todos los aspectos del juego, tanto en lo táctico, físico como en el conocimiento del fútbol interno. Es lo mismo que se espera de Moleiro. Viera podrá su capitán seguir aconsejando a un joven que está llamado a redactar una carrera tan interesante al menos como la suya.


    Y como abrigo de todo ello, la llama que se que alumbra su futuro con este nuevo contrato hasta 2026 con la UD Las Palmas. Lo expresó con sencillas palabras durante la recién finalizada temporada, al comprobar el arrope y cariño que captó desde la grada. “Todo esto me hace sentir más de la UD Las Palmas”, dijo tras vivir intensamente desde dentro lo que muchos compañeros sintieron antes.


    Alberto Moleiro lo tiene ya casi todo: Tiene un camino, tiene el cariño y tiene un objetivo. El talento nació con él. Y adquiere una responsabilidad, porque su buen juicio como deportista ha de ser un ejemplo porque detrás vienen nuevos Moleiros. Su nombre comienza a ser un símbolo en todo el entramado del proyecto.

     

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